La entrenadora Lyssa Rosenberg le enseñó a su perrito terrier a responder a órdenes simples. Pero escritas. Si el cartel dice "Bang" el perro se hace "el muerto". Si ve la palabra "sit" se sienta.
Willow -así se llama la perrita- es capaz de hacer 250 cosas si Lyssa se lo ordena. "Yo solía bromear diciendo que podía enseñarle a que me sirva un Martini", cuenta la adiestradora. "Un día le aposté a un amigo que podía enseñarle a leer. Él me prometió regalarme un viaje a México si lo lograba. ¡Así que ahora Willow y yo nos vamos a México!
"Me tomó seis meses que reconociera algunas palabras y reaccionara a ellas. Pero no es sólo mi caligrafía la que reconoce. Si imprimo los carteles en el ordenador ella también obedece".
Vale a pena discutir ou brigar por futebol?
Hace 8 años
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