Un pequeño can marrón se ha ganado el afecto de los vecinos de Peal que, incluso, le han puesto un collar para que no lo lleven a la perrera. La costumbre más llamativa de “Católico”, que así se llama, es acudir respetuoso a todos los entierros. Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre y que, en ocasiones, sólo les falta hablar.
Los vecinos aseguran que el perro acude a todos los velatorios y entierros, como si fuera a dar el pésame a los dolientes. Es más, cuándo suenan las campanas de la iglesia, se dirige en trote al templo.
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