Un perro vive desde hace aproximadamente dos meses entre las tumbas del cementerio del malagueño municipio de Nerja, donde su dueño yace enterrado desde hace poco tiempo.
El perro apareció hace dos meses buscando a su dueño, un hombre de origen extranjero que falleció hace poco tiempo y que fue enterrado en el camposanto, y se instaló junto a la tumba del anciano con el que compartió los últimos años.
El canino se ha aprendido los horarios del cementerio y, aunque a veces sale, siempre vuelve antes de que lo cierren para estar junto a su dueño.
Los vecinos ya se han acostumbrado a su presencia y le llevan agua y comida; incluso va ganando peso con los días.
Lo que ninguno de los vecinos ha conseguido, a pesar de que varios lo han intentado, es adoptarlo. El perro siempre vuelve junto a la tumba de su amo.
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Hace 8 años
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